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Liberate de la Culpa

Dicen por ahí, que quién no la siente en absoluto puede ser un insensible en el menor de los casos o hasta un psicópata patológico; y que quien la padece demasiado puede ver afectada toda su vida emocional. La culpa es una experiencia dolorosa derivada de la sensación, más o menos consciente, de haber transgredido las normas personales, culturales, éticas o sociales. Pero en cierto grado la culpa resulta útil, porque permite corregir errores cometidos de antaño. En cambio, la culpa en exceso es uno de los principales enemigos de nuestra armonía interior: nos lleva a enfrentarnos con nosotros mismos y puede bloquearnos.

La culpabilidad no es sólo una de las formas más comunes de angustia en nuestra cultura, sino también una de las emociones más hostiles, porque nos hace despilfarrar el presente al paralizarnos en un comportamiento pasado. La culpa no resuelta se halla en la raíz de numerosos conflictos psicológicos, y puede llegar a amargarnos la existencia.

Administramos mal los sentimientos de culpa cuando:

  • Mantenemos un sistema de pensamiento polarizado (pensamos que las cosas son o blanco o negro, buenas o malas) y no admitimos el término medio.
  • Cuando pensamos en negativo (tan solo tenemos en cuenta los detalles negativos y además los magnificamos, sin atender a los aspectos positivos)
  • Cuando somos demasiado rígidos (nos basamos en un sistema de normas estricto donde el deber prevalece en todas nuestras acciones)
  • Cuando eludimos responsabilidades (o pasamos a responsabilizarnos de las vidas de los demás o a las circunstancias).
  • Cuando somos demasiado perfeccionistas.

La culpabilidad se manifiesta a través de:

  • Señales físicas (presión en el pecho, dolor de estómago, de cabeza, de espalda)
  • Emocionales (nerviosismo, desasosiego, agresividad, irascibilidad)
  • Mentales (pensamientos inútiles, autoacusaciones y autorreproches).

Los psiquiatras consideran dos formas patológicas de culpa:

Culpa neurótica, que es la que surge ante situaciones o actos insignificantes por los que la persona se siente excesivamente responsable

La que sienten las personas deprimidas por hechos del pasado, pero que pueden llegar a considerar anodinos cuando se curan,

La culpa delirante: la provocada por acciones inexistentes o irracionales (se da en una depresión delirante o trastorno esquizofrénico).

¿Cómo deshacernos de los sentimientos de culpa?

  • Identifica tus sentimientos de culpa. Analiza en qué situaciones concretas sobrevienen.
  • Acéptalos como normales y comprensibles. Si conoces sus causas y su origen, te será más fácil combatir esos sentimientos que te atormentan.
  • Habla con otras personas (si es necesario, con profesionales) del tema. Aliviarás tu malestar.
  • Reconoce tus propios límites y asume únicamente la parte de responsabilidad que te toca.
  • Quienes se autoinculpan de los fracasos cometidos, ya sean estos propios o de otras personas, sufren a la hora de relacionarse, porque perciben a los demás como superiores y son incapaces de defender sus derechos.

Es necesario y sano aprender de las equivocaciones del pasado y prometerse uno mismo no repetir ese comportamiento, pero la culpa es malsana e inútil, porque hace que la persona se sienta mal en el presente a causa de un hecho que ya es historia. Para eliminar la culpabilidad, los especialistas en trastornos emocionales recomiendan utilizar este decálogo:

DECÁLOGO PARA ABANDONAR LA CULPA

1.- Empezar a mirar el pasado como algo que jamás puede modificarse.
2.- Preguntarnos si estamos evadiendo nuestro presente por culpa del pasado.
3.- Aceptar los comportamientos que hemos escogido pero que pueden disgustar a otros.
4.- Anotar: cuándo nos sentimos culpables, por qué y con quién, y lo que perdemos al angustiarnos por el pasado.
5.- Reconsiderar nuestros valores: ¿cuáles son los que aceptamos y cuáles los que sólo fingimos aceptar para no ser juzgados por los demás?
6.- Hacer una lista de todas las “maldades” que hemos hecho en nuestra vida y culparnos por cada una conforme a su gravedad. El presente sigue siendo el mismo y la culpabilidad que sentimos es una actividad desperdiciada.
7.- Evaluar las verdaderas consecuencias de nuestros comportamientos; determinar si nuestros actos han sido agradables y productivos para nosotros.
8.- Enseñar a quienes tratan de manipularnos con la culpa, que pueden afrontar las desilusiones que les cause nuestro comportamiento de otra manera.
9.- Hacer algo que sabemos que nos hará sentir culpables pero que en realidad no hace daño a nadie. Te ayudará a enfrentarte con la culpa.
10.- Evitar que otras personas nos carguen con sus sentimientos. Por ejemplo, la respuesta a una madre que le dice a su hija: “He sido buena contigo todos estos años y ahora te vas de casa”, sería: “¿Mamá, crees que porque me ayudaste de niña yo debería pagarte no siendo independiente?”.

“La culpabilidad es inútil. Pertenece a la vanidad. Cuando alguien comete un error y luego toma conciencia, se enriquece con ella. Jamás es demasiado tarde para reparar, porque lo que no hemos hecho por los nuestros, lo haremos por los otros. Todo acontecimiento tiene infinitas causas. No todo depende de mí. No tengo que salvar a nadie, cada uno debe de ser responsable de su vida. Lo que se decidió en un momento pasado era fruto de ese momento. Somos mutantes y la realidad también muta. Los criterios con los que juzgo hoy, no los tenía ayer”.

Alejandro Jodorowski