Las Leyendas de los colibríes:
Considerado en otras épocas como un ser divino, con mágicos atributos, el picaflor (colibrí) inspiró leyendas fantásticas y su belleza, armonía y colorido le valieron también otros nombres que se enlazan con la creación y la poesía.
Cuenta una leyenda guaraní
Que la muerte no es el final de la vida, pues el hombre, al morir, abandona el cuerpo en la Tierra pero el alma continúa su existencia; se desprende y vuela a ocultarse en una flor a la espera de un mágico ser.
Entonces aparece un colibrí y recoge las almas para guiarlas amorosamente al Paraíso. Esta es la razón de que vuele de flor en flor.
Antiguamente se creía que el colibrí provenía de un país de hadas y quien tenga hoy el placer de contemplarlo, no estará lejos de opinar lo mismo.
Habita en toda América pero especialmente en zonas tropicales. Hay distintas especies: el sunsún de Cuba no alcanza los 5 centímetros de longitud y es el pájaro más pequeño que se conoce.
El nido es diminuto como su dueño: ¡tiene el tamaño de una nuez! Cuando vuela, sus alas vibran a una velocidad increíble y es imposible distinguirlas. Mientras absorbe el néctar parece como si su cuerpo se encontrara suspendido en el aire.
Si lo ves, ¡ponte muy contento!, porque se cuenta que cuando un picaflor, chupamirto, troquilinos, chuparrosas, tucusitos (aunque en el sendero del chaman preferimos la palabra colibrí) se acerca.. nos viene a contar que las almas que amamos se encuentran bien.
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Cuenta la leyenda maya
Los mayas, más viejos y sabios,
cuentan que los espíritus crearon
todas las cosas de la Tierra.
Y a cada animal, a cada árbol
y a cada piedra le encargaron un trabajo.
Pero, cuando ya habían terminado,
notaron que no había nadie encargado
de llevar los deseos
y los pensamientos de un lado a otro.
Como ya no tenían barro ni maíz para hacer otro animal,
tomaron una piedra de jade y tallaron una flecha.
Era una flecha muy chiquita.
Cuando estuvo lista, soplaron sobre ella
y la flechita salió volando. Ya no era una flechita,
porque estaba viva.
Los dioses, habían hecho un colibrí.
Era tan frágil y tan ligero el colibrí
que podía acercarse a las flores
más delicadas sin mover uno solo de sus pétalos.
Sus plumas brillaban bajo el sol como
gotas de lluvia y reflejaban todos los colores.
Entonces los hombres trataron de atrapar
al pájaro precioso para adornarse con sus plumitas.
Los espíritus se enojaron y ordenaron:
“Si alguien lo atrapa, el colibrí morirá”.
Por eso, nunca nadie ha visto un colibrí en una jaula
ni en la mano de un hombre.
Si un colibrí vuela alrededor de tu cabeza,
no lo toques.
El tomará tu deseo y lo llevará a los otros;
piensa bien y desea cosas buenas para todos
¿A ti cual te gustó más?