Uno de los logros más valiosos de la vida es poder ser quien realmente eres.
Esto presupone dejar de preocuparse demasiado por lo que el resto del mundo piensa de sus elecciones. Estas son tus elecciones y solo tú puedes conocer la motivación detrás de cada una.
Siempre que quieras ir a algún lugar, ve, independientemente de lo que digan los demás. Y si quieres volver, vuelve, eres libre de hacerlo, sin importar si apruebas o no tu actitud.
Cambiar de opinión es un atributo esencial de la libertad y muestra un alto grado de madurez y coraje.
Siempre que te exijan coherencia con lo que defendiste hace años, hazles entender que no eres estático, que estás abierto a revisar tus valores y paradigmas, en caso de que ya no estén en sintonía con la persona que eres hoy.
Todo en la vida tiene un precio y la libertad no es diferente. Esto significa que, en ocasiones, tendrás que enfrentarte a la resistencia de unos, al retraimiento de otros, pero nada puede ser más placentero que ser coherente contigo mismo.
Generalmente, cuando un ser humano alcanza un alto grado de libertad, se le acusa de egoísmo, individualismo y otros adjetivos.
La gente tiende a hacer esto en un intento de hacer que renuncie a su independencia y vuelva al folleto de comportamiento impuesto por la sociedad.
Esta es sin duda una opción muy cómoda, ya que siempre garantizará elogios y aceptación. Pero no importa lo bueno que sea, no podrá reemplazar el valioso sentimiento de ser leal a sí mismo.