Estos ritos han sido comunes a todos los pueblos nativos, aunque con algunas variaciones.
Antes de que el hombre blanco llegara al continente americano. Norteamérica estaba poblada por un amplio mosaico de pueblos que a pesar de sus diferencias, compartían unas creencias espirituales, basadas en la alabanza a la Vida, como un don sagrado que el Gran Espíritu ha otorgado al ser humano, que la disfruta durante un corto período de tiempo mientras camina sobre la Madre Tierra.
Esta cosmovisión propiciaba que sus ritos estuvieran enfocados en honrar y sacralizar el paso del hombre por la Tierra y sus diferentes etapas.
Si tomamos como base la tradición del pueblo Lakota, transmitida durante generaciones de labio a oído, encontramos siete ritos sagrados en los cuales se ora con la Pipa Sagrada convirtiendo cada bocanada de humo que exhalan en una acción de gracias.
Aquí veremos cada uno de esos siete ritos.
Rituales ancestrales de los nativos americanos
Inipi:
La palabra Inipi deriva del Lakota «Iniunkajaktelo», que significa «vamos a orar a la tienda de sudar» y es el primer rito y uno de los más antiguos que se conocen.
La técnica de datación del carbono 14 ha permitido evaluar la antigüedad de los restos encontrados en algunas de las tiendas entre 50.000 y 80.000 años, convirtiendo al Inipi en la más antigua expresión espiritual que se conoce, de la que además se han encontrado restos prehistóricos en lugares como Alaska o Siberia.
El ritual conducido por un chaman u “hombre medicina” se realiza en una tienda de sudación en la que, como en una sauna, unas piedras calientes situadas en el centro, evaporan el agua que se vierte sobre ellas, provocando a los asistentes un estado alterado de conciencia.
Es un ritual de purificación y oración y simboliza que el ser humano renace dentro de la Madre Tierra.
Se realizaba siempre antes de cualquier otro rito sagrado utilizándolo como preparación, aunque también se puede hacer en un acto de sanación u oración. Leer más sobre el INIPI.
Lectura recomendada: El Temazcal
Hanblecheyapi:
La búsqueda de visión, que en Lakota significa “Llorar por una visión”.
Esta ceremonia es personal y se realiza como cumplimiento de un voto, por ejemplo en agradecimiento a la curación de un ser querido.
Después de purificarse en el Inipi, el sujeto se aísla en lo alto de una montaña sin comida y sin agua para orar cuatro días y cuatro noches, después de los cuales es posible que tenga una visión. Si así ocurre, una vez analizado y comprendido el significado de la visión, ésta marcará la vida del sujeto.
También puede realizarse porque se quiera encontrar respuesta a sueños o incluso como medio para encontrar una nueva forma de vivir.
En ocasiones, la búsqueda de la visión puede también otorgar poder al que la emprende, como por ejemplo la videncia o el poder de sanación, convirtiéndolo así en un chamán.
Una vez terminada la ceremonia, se reúne con sus amigos en el Inipi para orar y luego les ofrece un banquete y regalos en agradecimiento por el bien recibido. Leer más sobre la búsqueda de visión.
WiWang Wacipi:
La Danza del Sol, cuyo significado literal es “danza de mirar fijamente el sol”.
La danza se efectúa mirando directamente al Sol mientras tiraba de dos cráneos de bisonte cosidos a su espalda con correas de cuero hasta que la piel se le desgarraba y por eso no puede ser realizada por una mujer, salvo en casos excepcionales, debido a que en ella el hombre ofrece el dolor que le proporciona este sacrificio a sus hermanas las mujeres para comprender el dolor que éstas sienten al dar a luz
Su finalidad es la de ayudar a sanar a algún ser querido. Leer más sobre la Danza del sol.
Nagi Yuhapi:
Significa “guarda de las almas” y es una de las más practicadas porque forma parte de los ritos familiares.
Cuando muere un niño, el padre o la madre, decidían a menudo conservar su alma, su nagi, así que guardan un mechón de su pelo durante un año y transcurrido ese tiempo, se celebraba una ceremonia solemne para que al fin se liberara el alma y pudiera ir al mundo de los espíritus.
Isnati Alowanpi:
Es la ceremonia de la pubertad femenina. Se le llama también la ceremonia del Águila. Cuando una muchacha se convierte en mujer. El tiempo de sus reglas comienza, el tiempo de la Luna, hasta la menopausia.
La muchacha recoge su primera menstruación y la coloca en la copa de un árbol. Entonces será conducida por primera vez al isnatipi o casa de las lunas, un tipi apartado en el que recibirá la instrucción de las ancianas en ese momento sagrado de purificación.
Este rito se repetirá a lo largo de su vida cada vez que sangre, quedándose el padre al cuidado de la casa y de los hijos, lo que le permitirá entrar en contacto con su parte femenina.
Hunka Alowanpi:
Ser hermanos, he ahí el camino. Lo que significa como “ceremonia de emparentamiento”, es un rito muy antiguo en el que los hombres se convierten en hermanos. Esta ceremonia sólo tiene una canción. Todas las demás tienen varias. Cuenta la tradición que después de un gran período de guerra y enemistades entre los pueblos Pawnee y Lakota, que provocaron una gran hambruna, éstos se hermanaron tras una visión que tuvo un anciano que les llevó a intercambiar el maíz (los Pawnee) y el arroz (los Lakota).
Establecer un parentesco, hacerse un amigo, ligarse con un ser amado, aceptarlo en tanto que parte de sí mismo, devenir uno con él. Hunka es una ceremonia muy espiritual. Llegará un día en que todos los hombres no serán más que uno, en que todos los hombres comprenderán que el color de su sangre es el mismo. Todos somos semejantes cualquiera que sea el color de nuestra piel.
Tapa Wankahepayi:
Tomemos el ejemplo de un hombre espiritual que sólo tiene hijas. La abuela a la que guardará las enseñanzas espirituales de su padre hasta la menopausia y a continuación se las transmitirá, sea trabajando con las plantas (Pejuta), sea convirtiéndose en Wapiya. La ceremonia de la pelota se practica cuando esta joven casa.
Es la ceremonia del lanzamiento de una pelota de piel de bisonte en el que las jóvenes casaderas se colocaban en círculo en torno a la joven que acababa de casarse. Todas las jóvenes fértiles de la tribu tienen los ojos de vendados y son colocadas en círculo. La joven que acaba de casarse se sitúa en el centro del círculo; también ella tiene los ojos vendados. Sé la de vueltas para desorientarla, y después debe lanzar la pelota al azar. Todas las jóvenes se casarán, cada una a su vez, en el orden en que hayan sido tocadas por la pelota.
El marido puede no pertenecer a un linaje espiritual e incluso ser de otra tribu. El nombre del linaje del que forma parte la joven cambia, pero no la sangre, pues la sangre del linaje es perpetuada por la joven. Más tarde, cuando tenga niños, los abuelos escogerán al que ha de recibir las enseñanzas. El niño es ofrecido al abuelo, que hará de él un hombre espiritual. De esta manera el padre, que no pertenecía a ningún linaje, entra en el círculo espiritual y gana en comprensión espiritual.
Estas enseñanzas espirituales poseen todas el mismo poder espiritual
Fuentes:
El Don del Poder / Brújula Ancestral / El Canto de la Tierra