La Luna de Sangre
El Eclipse Lunar de la Luna de Sangre es uno de esos raros eventos celestiales que realmente vienen como un regalo. Durante este tiempo intenso, esta luna nos obliga a entrar y centrarnos en nosotros mismos. ¿Cómo vamos? ¿Cómo nos estamos sintiendo? ¿Nos sentimos bien con la vida que llevamos?
Un Eclipse para renacer
Cuando la luz de la Luna desaparece, entra en una oscuridad, en un tipo de muerte. Luego, cuando emerge de nuevo, con toda su luz y la notamos más fuerte que antes, nos sentimos en paz sabiendo que la Luna está brillando una vez más. Esto es lo mismo para nosotros también. Cuando llega un Eclipse, tenemos que liberarnos, tenemos que viajar hacia nuestra propia oscuridad para experimentar nuestro propio tipo de muerte. Nos sentamos con el lado oscuro de nosotros mismos y tratamos de sentirnos cómodos con lo que encontramos allí, sin importar lo doloroso que sea.
A veces, solo cuando viajamos hacia nuestro interior dentro del dolor, podemos trascenderlo y volver a brillar como lo hace la Luna cuando la sombra finalmente pasa. La sombra siempre pasará, solo tenemos que confiar a medida que avanzamos en la oscuridad, solo tenemos que estar dispuestos a rendirnos y liberarnos, para que podamos emerger una vez más, frescos y renacidos.
Ritual para La Luna de Sangre
Este ritual nos ayudará a prepararnos para este viaje. Es un ritual simple diseñado para ayudarte a aterrizar y protegerte de cualquier aumento de sensibilidad.
Necesitaras: Unas hojas de salvia blanca, Una vela blanca. Un tazón de agua salada
El ritual: crea un altar (una mesita funciona bien) y deja todos tus ingredientes en el centro. Enciende las hojas de salvia y permite que el humo llene cada rincón de tu casa, usando un plumajero o abanico para mover el humo a lugares difíciles de alcanzar si es necesario. Una vez que hayas terminado, abre al menos una ventana en cada habitación e imagina que, a medida que el humo sale de tu hogar, también lo hace todo el estrés, la preocupación y la ansiedad que tu espacio ha albergado por tanto tiempo. Una vez hecho esto, vuelve a tu altar y enciende la vela blanca. A medida que la llama va consumiendo la mecha, visualiza una luz blanca que va brillando alrededor de los dedos de los pies, y luego muévela lentamente por las piernas, el torso, el corazón y el cuello hasta que la luz te rodee por completo. Deja que tu corazón se llene con una sensación de ligereza, de un nuevo comienzo, de una limpieza.
Para finalizar, introduce tus dedos en el recipiente de agua salada y recita: Con este eclipse, renazco una vez más. Soy libre de volar y abrirme paso. «Limpio el pasado, libero mis viejos dolores, dejo ir el ayer y comienzo a levantarme nuevamente. Estoy seguro, soy fuerte, estoy protegido. Soy liviano una vez más». Para completar el ritual, permite que la vela se consuma hasta el final.
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