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¡Desintoxicación para el alma!

El alma necesita desintoxicación, sí … El alma necesita desintoxicarse para ser liberada, para amar y ser amada.

¿Qué hacer para lograr desintoxicar el alma?

Borrar, alejarse, recapitular. Cuando el corazón quiere la paz, quiere seguir adelante pero con dignidad, sin que nadie interrumpa su libertad adquirida, es mejor borrar huellas, borrar los fantasmas, borrar los centinelas del miedo, el dolor y la decepción.

Es mejor ir, sin fingir, sin olvidarnos de poner fin, ir sin dudas sobre lo que queremos, sin llevarnos por caminos falsos y ofrecernos solo anestesia para el dolor.

La base de todo es la paz, es la ligereza de nuestros pies y la gratitud, lo que nos salva de las falsedades que se escudan ante nuestros ojos. Aprender a ser más cautelosos, más sabios, sin morar en casas vacías llenas de ecos de incomprensión.

Necesitamos una desintoxicación en el alma. 

Existe una cura para cada sentimiento que golpea nuestro pecho pidiendo ser resuelto, hay espacio en la caja de la memoria para nuevos olores y conocimientos dentro de nuestros deseos internos.

Cuando la vida decide por nosotros, aunque sea de forma indirecta, es necesario respetar este signo, es necesario no forzar más áreas que impidan el desarrollo del alma, el desarrollo de nuestros pasos y que nos indican el camino a seguir.

Ni más ni menos. Ni correcto ni incorrecto. Todo es lo como debe ser.

Cuando esta fuerza que nos sostiene muestra que dentro de nuestras debilidades está la condición para curar nuestras heridas y nuestros dolores, debemos seguir adelante.

El tiempo no espera. Y a menudo esperamos demasiado por lo que no llega.

Tenemos que detenernos, tenemos que crear alas y hacer vuelos en solitario, dando tiempo para que las cosas se calmen y no nos rechacemos.

A menudo, este impulso nos hará avanzar.

Todo es cuestión de querer, de poder, de revertir lo que provocó el daño interno. Todo es temporal.

La vida, tan llena de sorpresas, sabrá ofrecernos sonrisas y momentos menos aprensivos.

Que el Gran Espíritu nos proteja y fortalezca, en nombre de todo lo que hemos pasado y que todavía pasaremos.

Pero cuando nos enfrentamos a nuestro miedo, el miedo se hace más pequeño, el cielo se abre, el jardín florece…

No merecemos pisar vidrios rotos o recibir piedras de otros.

Lo simple cautiva, la honestidad salva, el amor gana. El secreto es perdonar, creer y seguir adelante. Es necesario aprender a desatar nuestros propios nudos.

El Secreto